Casa Tila | Arrocería en Clavijo - Clavijo, La Rioja

Anna

Hemos comido en Casa Tila y ha sido una experiencia fantástica de principio a fin. Probamos dos arroces, cabeza de jabalí y mejillones, y cada plato estaba preparado con un mimo y un sabor que solo se encuentra en sitios con alma. La calidad de la comida es excelente, pero lo que realmente nos ha conquistado ha sido el trato cercano y atento del personal.

Nos hemos sentido cuidados, escuchados y, sobre todo, como en casa. Es difícil encontrar un restaurante que combine tan bien la buena cocina con esa sensación de hogar, de mesa compartida, de tranquilidad y autenticidad. No es solo ir a comer, es dejarse llevar por una experiencia que reconforta.

Volveremos sin duda. Gracias por hacernos sentir parte de vuestra casa.

Eric S.

Fui con mi pareja a comer. Te reciben con mucha amabilidad y ese trato se mantiene a lo largo de la velada. El ambiente es muy tranquilo y relajante, te daban ganas de susurrar para mantenerlo.

Mientras esperábamos la comida, nos invitaron a comer un aperitivo debajo en las bodegas. Nos pedimos dos entrantes y la calidad y frescura de los ingredientes es evidente desde un primer momento. Se nota que le prestan atención a la combinación de sabores. Ambos entrantes nos encantaron. Luego nos pedimos dos arroces para compartir y nos resultaron exquisitos. Terminamos con dos postres.

Quedamos encantados con cada aspecto del lugar y las vistas que ofrece clavijo fueron la mejor forma de concluir nuestra visita. Volvería a visitarlos sin pensarlo

Ana R.

Hemos ido a comer dos veces, con amigos y con familia.
Ambas puedo decir que excelente. Sin duda repetiría. El servicio super amable y qué decir de la comida, cada plato que sacaban estaba más rico. Los arroces insuperables.
Ponen todo tipo de facilidades para embarazadas, alérgenos...

Nerea F. R.

Íbamos por los arroces, pero no desmerecen nada los entrantes, sobre todo la cabeza de jabalí.
La camarera fue en todo momento una profesional atenta y amable. Inmejorable.

El punto negativo: se trata de una sala pequeña y, cómo íbamos con un carro de bebé, estábamos algo apretados.
Además, si como nos ocurrió a nosotros, hay un grupo maleducado de personas de la 3a edad que está hablando por encima de las conversaciones del resto de las mesas, aunque les pidas por favor que bajen el volumen ya que había un bebé durmiendo (a lo que respondió el único señor de la mesa sin mirarnos que si no no se escuchaban), la comida no se disfruta.

Irene Z.

Qué experiencia tan espectacular! Producto de calidad con un trato inmejorable por parte de Manu y Ana que hacen que te sientas como en el salón de tu casa. He tenido la oportunidad de ir 2 veces para probar platos distintos y no será la última. Gracias por hacer disfrutar así a los comensales, no se puede pedir más!

Chuchi S.

Puedo asegurar que tal nivel de coincidencias en las reseñas no es fruto de la casualidad.
Esmero en el trabajo, productos de megaprimerísima calidad, acierto con una sencilla y coqueta decoración, atención en el servicio con visita al lagar..., todo ello unido a la imprescindible y sabia participación de habilísimas manos que en cocina juegan con los ingredientes, mimándolos como se merecen, hasta hacer llegar finalmente al comensal obras de arte emplatadas que sorprenderían al gastrónomo Picadillo.
Pues qué decir. Recomendable sin ningún género de dudas.

santiago

Intento buscar algún punto negativo y es imposible. El comedor es de una maravillosa sencillez. Decorado con muchísimo gusto. Sala muy pequeña, pero suficiente. La música en este caso acompaña, en absoluto molesta. Ana atiende con enorme elegancia y discreción. ¿Y la comida? Porque aquí hemos venido a comer. Pues un enorme disfrute, desde el principio hasta el final. Y el final ha sido un riquísimo café de puchero como no lo probaba desde hacía mucho tiempo. Unos matrimonios muy finos y deliciosos. Tomata perfectamente aliñada y muy sabrosa. Un plato de piparras buenísimas. Y arroz caldoso con bogavante. No exagero, excelso. Dos raciones para tres personas. Suficiente con los entrantes previos. Y una botella de vino blanco de la denominación ¡Ribera del Guadiana! Muy bueno, muy fácil de beber y complemento excelente a la comida. El remate ha sido un tatín de manzana difícil de explicar. Además del citado café de puchero.
Todo esto por menos de 45 euros por persona. Se me ha hecho barato para la calidad de los productos, de la cocina y del servicio.
Gracias y trataremos de repetir.

Diego A.

Segunda visita a Casa Tila y ya se ha convertido en uno de mis rincones favoritos. Casa Tila son (excelentes) arroces, sí. Pero todo lo que acompaña lo convierte en una experiencia redonda. El calado, unos entrantes deliciosos, una carta de vinos que sorprende, buenos postres y un servicio y cocina cálidos, cuidados y profesionales. Un placer siempre visitarles.